Quinto día de campamento

Ayer dejamos a nuestros pequeños caballeros durmiendo enmedio del bosque de Sierra Espuña. Todos juntitos, muy apretados, para superar el miedo a la oscuridad.

Despertar en medio de la naturaleza, con el canto de los pájaros, fue toda una aventura.

El desayuno nos ayudó a reponer fuerzas a base del batido de chocolate, los minicruasanes, las galletas y las madalenas.
Ya estábamos todos preparados para reanudar la marcha del vuelta a la finca Caruana.

La marcha de regreso era mucho más suave que la de ida, sobre todo para los mayores. Sobre todo porque ahora era cuesta abajo en vez de cuesta arriba.
Hicimos varias paradas en las Alquerías y en la Balsa Grande para contemplar el paisaje y para jugar un rato en la naturaleza. Pudimos observar muchas especies animales (libélulas, ranas, etc...) y vegetales que los monitores nos ayudaron a distinguir.

De regreso a los tres castillos del Señor de las Arañas, tuvimos un rato de merecido descanso que se completó con la piscina y la ducha.
Todos los caballeros medievales devoraron con ansia la comida que les fue servida.
Por la tarde llegó el momento de bajar el barranco colgando de la tirolina.

Pero lo que más gusta en el campamento es el momento en que, todos juntos, olvidándonos de si somos más amigos de unos o de otros, formamos una piña con los juegos de grupo.
Después de la cena los jóvnes caballeros jugaron al asalto al castillo que se alargó más allá de la media noche, hasta que nos cortaron la luz eléctrica.


NOTA: La Wifi en esta zona rural es muy lenta. Hemos tardado más de dos horas en escribir esta entrada del blog. Mañana estaremos todo el día en Acuanatura, por lo que no podemos asegurar que se publique la entrada correspondiente al día sexto.
Recordamos a los padres y madres que pueden recoger a sus hijos a las seis de la tarde el sábado 30 en la puerta de Acuanatura (Espinardo) o a las siete de la tarde en Lorca.
Muchas gracias por vuestros comentarios que todos leemos con mucha alegría.